Cuando viajas ves tantas cosas que no puedes llegar a asimilarlas.Nos hacía falta un descanso, así que fuimos rumbo a Chiloé.
Este archipiélago guarda una personalidad y unas costumbres diferentes de Chile,un lugar donde parece que no pasa el tiempo.
Llegamos a Castro, la capital,y después de ver los conocidos palafitos y recorrer la ciudad, nos fuimos rumbo al Parque nacional de Chiloé, en Cucao.
El camping donde nos alojamos estaba a la otra orilla del lago, así que la única forma de llegar a el era en bote.
Quizá fue casualidad pero el "camping la Abuela" fue el mejor lugar para descansar y asimiliar todo lo vivido hasta ahora.
Al ser temporada baja tuvimos la suerte de estar completamente solos y pudimos conocer la historia de la familia y la cultura chilota.
El sentimiento de aislamiento que te provocaba el lugar era muy relajante, y pasamos los dos días leyendo y disfrutando de los atardeceres.
Típica casa chilota en Chonchi
Palafitos de Castro
Atardecer en el camping.
Camping"La abuela"
Amanecer en el camping.
todas las fotos aquí
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